jueves, 24 de abril de 2014

Del cine al videoclip

Cuántas veces no nos hemos encontrado frente a un videclip que nos recuerda inequívocamente a alguna película o algún momento en el cine. Aquí unos cuantos videoclips inspirados en filmes, que nos gustan mucho, y la respectiva explicación de sus influencias.

Madonna-Material Girl: Gentlemen Prefer Blondes




El video de Madonna es nada más y nada menos, que una recreación casi cuadro por cuadro de la icónica escena de Gentlemen Prefer Blondes protagonizada por Marylin Monroe, donde la otrora sex symbol cantaba Diamonds are a Girls Best Friend. Bastante apropiado el homenaje, ambas rubias sex symbol y ambas canciones versan sobre el amor por lo material. La versión original con Monroe la puede ver aquí.


Everybody Hurts-R.E.M.: 8 1/2






El video de R.E.M. es un homenaje a la escena incial de una de las películas más famosas de Federico Fellini, 8 1/2. En ella podemos ver a Marcelo Mastroiani en un embotellamiento de coches, muy parecido al del videoclip dirigido por Joseph Kahn. Pueden ver la escena aquí.


Berlin-No More Words: Bonnie & Clyde




El videoclip para No More Words de Berlin, recibe su inspiración del emblemático filme de 1967 de Arthur Penn protagonizado por la muy atractiva dupla Warren Beatty y Faye Dunaway. En este caso Terri Nunn asume el rol de la sexy Bonnie en un videoclip cuya música no parece encajar del todo con el mismo, pero que de cualquier manera es bastante disfrutable. Les dejamos el trailer de Bonnie & Clyde aquí




Tonight Tonight-Smashing Pumpkins: Le Voyage dans la Lune




George Melies estaría orgulloso del homenaje que le realizan los Smashing Pumpkins con su video de Tonight Tonight. Ya que no solo logran capturar toda la magia de Le Voyage Dans La Lune, sino que encaja perfectamente con una de las mejores canciones de la banda liderada por Billy Corgan. Pueden ver el filme de Melies completo aquí 


Blur-To The End: Le Aneé Derniere a Marienbad




Una de las películas mas enigmáticas, más oníricas, más cautivadoras jamás realizadas. El filme de 1961 El Año Pasado en Marienbad, es considerado una de las obras cumbre del realizador Alain Resnais y Blur le rinde tributo en el video de su canción To The End. Cabe señalar que la canción encaja a la perfección con la atmósfera del video. Trailer de la película aquí

The Cranberries-Linger/ Kelly Osbourne-One Word: Alphaville





En este caso tenemos dos videos. Ambos al servicio de homenajear al filme de 1966 de Jean Luc Godard: Alphaville. Comencemos con el videoclip de Kelly Osbourne cuyo homenaje es mucho más literal, donde la hija de Ozzy interpreta su versión del personaje Karina, en un ambiente igualmente distópico y monocromático como el scifi de Godard. La versión de los cranberries es mucho más libre, pero se nota la influencia del filme, en la fotografía y en un personaje que aparece durante todo el video reminiscente de Caution Lemy. El trailer del filme de Godard aquí

Sixpence None The Richer Kiss Me: Jules et Jim




Todos en algún momento llegamos a escuchar Kiss Me, esa melosa canción cantada por Sixpence None the Richer, que sorprendentemente tiene uno de los mejores videoclips inspirados en el cine. En este caso la homenajeada es nada más y nada menos que Jules et Jim de Francois Truffaut.  En el mismo vemos a Leigh Nash interpretando el papel de Jeanne Moreau en la cinta original y a Matt Slocum y Dale Baker en los papeles de Okar Werner y Henri Serre.  Se recrean escenas del filme al pie de la letra, y la canción encaja perfectamente con su tono nostálgico en todo el asunto. El trailer de Jules et Jim aquí

The Bike Song-Mark Ronson and The Business Intl: Godard y Le Ballon Rouge



El caso más particular en esta lista es el de el videoclip de The Bike Song de Mark Ronson and The Business Intl. No solo toma inspiración de un filme, sino de varios, entre ellos parte de la filmografía de Godard de su periodo en la nouvelle vague a principio de los sesenta. Los créditos con los que empieza el video  y la paleta de colores que maneja con azul, rojo y blanco son característica de los filmes del periodo de la nueva ola de Godard, lo cual se puede observar en trabajos como Le Mépris (1963) o Une femme est une femme (1961). Así mismo el video presenta un ingenioso homenaje a Le Ballon Rouge, pero en lugar de que sean globos los que cobran vida son bicicletas de distintos colores, entre ellas una roja como el globo del niño que aparece en el filme que toma como inspiración. Trailer de une femme est une femme aquí
Y el clásico Le Ballon Rouge aquí

miércoles, 23 de abril de 2014

Ceremony


Es difícil, afrontar la posibilidad de que se le escape a uno el que se está convencido, es el amor de la vida. Pero es más difícil aún, hacer un retrato honesto de la situación, emociones, sentimientos y demás vorágine existencial que implica esta experiencia. Por esto mismo es que Ceremony (2012, Max Winkler) resulta un filme por demás loable, pues no solo logra capturarlo  y con creces; sino que aunado a esto realiza una interesante exploración sobre relaciones románticas entre personas de edades dispares.

Virtualmente desconocido (incluso en su propio país) el debut como director cinematográfico de Max Winkler, Ceremony presenta una premisa que suena familiar: un hombre se entera que la mujer que ama, está a punto de casarse con otro, así que decide hacer acto de presencia en la celebración para tratar de impedir que esto suceda. Pero el tratamiento que le da el debutante detrás de la cámara, se aleja de los clichés y resulta  bastante sorpresivo y gratificante.

Hay algo naturalista en el enfoque de Winkler, quien retrata un fin de semana de festividades previas a la boda, entre la etérea  Zoe (Uma Thurman) y su petulante prometido realizador de documentales Whit (Lee Pace perfectamente insufrible), acompañados por Sam  (Michael Angarano nostálgico y vulnerable) y su mejor amigo Marshall quienes se cuelan al evento.

Anclada en un tono nostálgico, sugerido por la fotografía en delicados y tenues tonos, casi deslavados; Ceremony es en principio una revisión de lo infinitamente complejo que resulta el amor y las relaciones de pareja. Pero es una examinación sui generis, quizá en apariencia demasiado callada, tachada incluso de derivativa. Winkler se apoya en un estilo casi documental en no pocos momentos del fin de semana de festividades previo a la boda, recurso que resulta bastante efectivo pues revela a los personajes de una manera más orgánica a través de la mirada que tenemos como un invitado más al festejo.

Injustamente comparado con los trabajos de Wes Anderson,  Winkler logra desarrollar una voz propia en el filme de su autoría. Si bien es cierto se puede encontrar una variedad de situaciones excéntricas, no llegan a serlo en el grado de los filmes del cineasta con quien se le compara; al contrario no constituyen el grueso del relato sino que se erigen como las naturales pausas entre los momentos álgidos del mismo. Así por ejemplo el deambular de todos los asistentes de la fiesta mientras se encuentra alcoholizados/drogados, y el aparentemente inconsecuente vaivén de todos ellos, acentúan ese constante crescendo emocional, ese anhelo apenas callado y contenido, del inevitable encuentro entre los protagonistas de este triángulo amoroso.

Acaso demasiado sutiles, las disertaciones y el filme, no resultan aleccionadores sino más bien reflexivos. Comenzando por la apenas mencionada historia entre Sam y Zoe, pero que se logar ver insinuada de una manera tal en sus interacciones, en sus miradas esquivas y de complicidad, en  los no tan accidentales encuentros que tienen a lo largo del relato. De lo cual se parte a las implícitas dificultades que involucra la disparidad en las edades de ambos personajes: no solo sus ambiciones son distintas, demostradas en la desarmadora ingenuidad de Sam quien cree ciegamente el amor que siente por Zoe es suficiente para que ambos sean felices, tan solo para recibir un golpe de realidad por parte de su musa quien lo cuestiona sobre su grandioso plan para vivir felices por siempre. La estabilidad buscada por Zoe parece incierta por decir lo menos en manos del en apariencia jovial Sam, que se revela más bien taciturno y desesperado hacia el final de su viaje hacia un tardío coming of age, donde le esperan agridulces experiencias sobre el amor.

Por supuesto mucho del éxito recae en el excelente trabajo por parte de los tres principales histriones. Por un lado Uma Thurman  quien logra evocar la fragilidad y magnetismo inherentes a la bella Zoe, a la vez dotándola de una gran complejidad como el objeto de afecto de dos hombres completamente distintos, y quien se disputa entre la estabilidad brindada por Whit o la encantadora jovialidad y personalidad soñadora de Sam. Lee Pace como el en principio irritante Whit, un hombre quizá demasiado seguro de sí mismo, arrogante, pero que parece comprender a la perfección las necesidades de Zoe. Y por último la mayor revelación Michael Angarano como Sam, el iluso veinteañero enamorado de la bella Zoe, un joven que se pretende rival de Whit, demasiado convencido de que el amor lo puede todo, personaje que logra dotar de la perfecta dosis de nostalgia y vulnerabilidad a pesar de la fachada de seguridad.


Finalmente hay que decir que Ceremony es mucho más compleja de lo que se le da crédito, pues a pesar de la perenne atmósfera nostálgica que permea el filme, hay abruptos cambios de tono que se revelan inteligentes paralelismos con la vida real donde los cambios de ánimo llegan sin aviso. Un filme que se siente más como una memoria, un recuerdo autobiográfico por parte de Winkler proyectado en el propio Sam. 




Angarano y Thurman en Ceremony.